Aun no recuerdo que día comenzó todo exactamente, no tengo una fecha exacta en mi cabeza, pero si recuerdo mi primera impresión cuando llegue a aquel colegio siendo una niña, aquella coral sonaba tan bella, tan unida, que casi me pareció mágico.
Luego aquella niña sin ninguna dificultad comenzó ha aprender esas canciones que no puede olvidar a pesar de los años que ya han pasado…
Aquellas tardes de ensayos fueron de lo mejor que hice en mi vida, recuerdo a cada una de las personas que estábamos allí, y como las más pequeñas esperábamos con ansia nuestro pequeño descanso para bajar al patio a jugar.
Aquellas clases blancas donde dejábamos fluir nuestras voces, y a veces también alguna risilla, y como no algún pequeño enfado.
Tengo recuerdos inolvidables en aquella pequeña capilla blanca donde hicimos tantos conciertos, donde recibimos tantos aplausos y donde vivimos experiencias inolvidables.
Como olvidar también a aquellas monjitas que siempre tenían una sonrisa para ti, y siempre dispuestas a tenderte una mano para ayudarte.
Como tampoco se olvidara aquellas comidas de convivencia en las que todos nos conocimos un poco mejor.
Los conciertos fuera, las salidas en televisión, en la radio, en los periódicos.
Miles de recuerdos que quedaran grabados en algún CD y en alguna que otra foto.
Y ese Director que teníamos era un verdadera joya yo no conozco persona mas dedicada a la música que el, siempre buscando cosas que hacer, conciertos donde ir, nuevas canciones y sobre todo formas divertidas de ver la música, el es para todo aquel que le conozca una verdadera inspiración, el me hizo descubrir el mundo de la música y todo lo que esconde, el descubrió que podía servir para cantar, y le estoy muy agradecida.
Una cosa que jamás podré olvidar fue ese día 27 de Mayo de 2011, un día muy feliz ala vez que triste, nos volvíamos a reunir todos en aquella capilla para dar nuestro ultimo concierto, si porque la noticia que nadie quería que llegara llego, el coro desaparecía, y debíamos despedirnos como mejor sabemos cantando y dando un concierto espectacular en el que no faltaron las lagrimas, muchos de los allí presentes entramos en llanto, un llanto imparable porque una parte de nuestras vidas terminaba ese día, miles de recuerdos pasaban por mi mente y las lagrimas resbalaban por mis mejillas mientras entonaba las notas de la que seria nuestra ultima canción…
Si os soy sincera aun lloro cuando me acuerdo y pienso que no podré volver a reunirme con ellos en esa capilla tan pequeñita y acogedora, porque aunque esas niñas pequeñas que un día hicieron su primera entrada en aquel coro hoy son mujeres, aun no olvidan todo lo vivido entre esas 4 paredes.
Y ojala aquel último concierto no hubiera sido el final de esta historia.