Cada vez que me levanto y miro por la ventana veo algo que me aterra, veo un mundo demasiado grande, en el que me siento como si fuera una hormiguita diminuta que no significa nada para el resto de gente.
A veces me siento como una mota de polvo que flota sin rumbo fijo y sin saber donde acabara, una gota de lluvia que cae junto a otras miles y que llega al suelo y desaparece para siempre.
Siento que este mundo es demasiado grande para mi y se que yo soy demasiado pequeña y que el miedo me consume.
Quiero descubrir los misterios que el destino ha escondido para mí por el mundo, pero me da miedo lo que me tiene preparado, también me da miedo lo que dejare atrás cuando vaya a buscarlo.
Pero se que debo arriesgarme y vagar por el mundo en busca de preguntas que necesito responder, y cosas que necesito encontrar.
Y se que debo hacerlo aunque la idea de adentrarme en lo desconocido me aterre por completo.
Pero necesito ir a buscar eso que tanto ansío tener y que llevo años buscando.
Esa persona que es una completa desconocida para mí y a la que quiero conocer de una vez por todas.
Quiero encontrarme a mí misma y no volver a perderme.
